jueves, 1 de abril de 2010

ROL DE ENFERMERÍA EN EL MANEJO DE HERIDAS CRÓNICAS


• Saber identificarlas y clasificarlas de acuerdo con su etiopatogenia, conociendo las diferencias clínicas entre los diferentes tipos de heridas.

• Evaluar al paciente como un todo (no sólo la herida), contemplando todos los factores que influyen en el proceso de cicatrización: el estado nutricional y metabólico, el compromiso vascular periférico, las enfermedades asociadas, el uso de medicamentos y el entorno psicosocial del paciente.

Mantener las heridas en un medio húmedo en forma continua, ya que la cicatrización será mucho mejor, rápida y eficiente, que en un medio seco.

• Considerar otros factores como: el desbridamiento, con las diferentes técnicas que existen y cuyo objetivo principal es el retiro del tejido necrótico; el manejo de la carga bacteriana, tratando la infección cuando ésta impida el proceso de cicatrización; proteger la piel vecina a la herida, y el manejo del dolor.

• Hacer uso de las facilidades modernas con que se cuenta para el manejo de las heridas complejas, como el grupo de los apósitos especializados y las técnicas avanzadas. Los apósitos se pueden agrupar en siete tipos que son: los hidrocoloides, los alginatos, las películas transparentes, los hidrogeles, los apósitos mixtos, los apósitos para control de la infección y los apósitos de matriz extracelular.

• Conocer y utilizar las técnicas avanzadas en el cuidado de heridas, entre las que se encuentran el uso de ultrasonido, los factores de crecimiento, los apósitos biológicos, la terapia con larvas y la terapia de presión negativa; cuya utilización depende de las necesidades del paciente.

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